Negro de mierda
Autor: David Barbero
SECUENCIA 1ª.- La acción arranca con un primer plano del rostro de un hombre gordo, de buena posición social. Sus rasgos son los de una persona violenta. Es grueso y bastante alto. Tiene escaso pelo, ya canoso, en la cabeza. Su bigote, en cambio, es negro y espeso. Está en la mitad de su vida, pero aparenta más de la edad que tiene.
SECUENCIA 2ª.- Vive en un piso viejo, grande, lleno de objetos y muebles. Abunda el desorden y falta la limpieza. Tiene almacenados, por distintos sitios, muy diversos objetos. Sobre todo, tiene instrumentos y utensilios mecánicos usados. No aparece ningún libro por ninguna parte.
SECUENCIA 3ª.- El señor gordo de mediana edad se dirige hacia la ventana. Está llevando a cabo una estrategia muy bien preparada. Mira por el balcón a través de un telescopio de gran potencia. Lo tiene enfocado hacia la esquina de una calle próxima, frente al campo de deporte de un instituto de enseñanza media. En ese momento, la esquina está vacía.
SECUENCIA 4ª.- Al dejar de mirar por el telescopio, enfadado por no encontrar a nadie, el hombre de bigote poblado suelta expresiones como ‘extranjero asqueroso’ o ‘negro de mierda’. Aunque en ese momento no se sepa hacia quién van dirigidos esos insultos, destaca el tono con que los dice. Hay mucho asco y también un gran odio. Está muy enfadado y nervioso porque no puede todavía llevar a cabo su plan.
SECUENCIA 5ª.- Cuando se aleja de la ventana, el señor gordo comienza a preparar un rifle de gran potencia y mayor precisión. A la vez que lo prepara, lo acaricia y saca brillo. Demuestra tener el propósito y hasta el deseo premeditado de utilizarlo. Evidencia, por sus gestos, que disfruta mucho con el uso de las armas. Lo contempla con deleite. Vuelve a acariciarlo.
SECUENCIA 6ª.- El señor gordo y bigotudo suda mucho. Parte de la camisa la tiene húmeda. Nueva mirada por el telescopio. Primer plano de las gotas de sudor que le aparecen encima del bigote. La esquina vigilada a través del telescopio sigue vacía. Gesto de contrariedad. Escupe al suelo.
(En esta secuencia, puede haber una alternativa. El hombre gordo de buena posición social que suda mucho puede tener ya colocado tras la ventana el fusil de gran potencia. Mira a la esquina a través de su mira telescópica. Es preciso estudiar con detención cuál de las dos posibilidades produce más rechazo y repugnancia hacia el protagonista.)
SECUENCIA 7ª.- El hombre grueso de bigote espeso tropieza al salir de la habitación. Se enfada. Repite sus palabrotas. Estos insultos, dirigidos al enemigo que todavía no ha aparecido en la esquina, inciden despectivamente en su origen africano. Además, por primera vez, hacen alusión al tráfico de drogas.
SECUENCIA 8ª.- Estas alusiones a la droga permiten presentar una escena retrospectiva sobre la hija del señor gordo, sudoroso y violento. Era una estudiante del instituto cercano. Tenía un grave problema con las drogas a pesar de estar en la adolescencia. El padre no tuvo ninguna sospecha de ese problema hasta que llegó el desenlace fatal por una sobredosis.
SECUENCIA 9ª.- Para mayor eficacia narrativa, no se recurrirá a varias escenas de la joven comprando drogas y después consumiéndola. Habrá que centrarse en una sola escena de gran impacto. Puede tener lugar en la misma casa para más provocación, aprovechando la ausencia paterna.
SECUENCIA 10ª.- Tras esperar a que salga su padre, la chica llega a la casa con los efectos del mono y con grandes ansias de inyectarse la droga. Precipitadamente prepara la substancia estimulante entre muchos nervios. Se ve con detalle el pinchazo. Las primeras reacciones se producen con normalidad. Una convulsión repentina. Fuertes contracciones. Después, sobreviene la muerte trágica a causa de haber utilizado droga, que le vendieron ya adulterada. Todo este proceso debe producir gran impacto. También impresiona el estado en que queda el cadáver de la joven tirado en medio del pasillo.
SECUENCIA 11ª.- Todavía dentro de la acción retrospectiva en la que ha muerto la hija por inyectarse droga adulterada, el señor grueso de bigote espeso regresa a casa en una noche de lluvia. Puede haber un contraste con la manera en que ha entrado la joven. Se sacude el agua sin preocuparse donde cae. Deja el vestíbulo sucio con el barro. Camina por el pasillo hacia la sala sin sospechar lo que se va a encontrar. Mientras entra, se entretiene con los objetos viejos y sucios que tanto le gustan. No ve el cadáver de su hija hasta que no tropieza con él.
SECUENCIA 12ª.- Sería muy efectivo realizar un montaje visual superponiendo la cara del padre en el momento encontrar a la hija muerta a causa de la droga y su expresión en el momento actual, tras comprobar que no hay nadie en la esquina.
( La acción retrospectiva debe situarse en un tiempo muy cercano al presente. La muerte de la hija ha tenido lugar hace poco. )
SECUENCIA 13ª.- Cuando termina la acción retrospectiva, el hombre gordo vuelve a jurar venganza con gran agresividad. Su rostro y su cuello llegan a congestionarse por la acumulación de sangre. También puede ser el momento oportuno para destacar los aparatosos ataques de tos que frecuentemente padece.
SECUENCIA 14ª.- En ese momento, aparece un primer plano del fusil de precisión preparado y muy brillante. Inmediatamente se ofrece otro plano del telescopio dirigido a la esquina que continúa vacía. Con esta reiteración, se deja claro el sentido de la situación: Desea vengar la muerte de su hija. Quiere destrozar al traficante de drogas que realiza este comercio fatal en la esquina vigilada.
SECUENCIA 15ª.- El hombre gordo se quita el sudor de la frente con un pañuelo ya sucio y lo guarda en el bolsillo. Se muestra una vez más la esquina todavía sin ocupar, para justificar la decisión del padre de salir a comprar un periódico o un paquete de tabaco. El enfado del señor gordo sigue siendo muy fuerte.
( Hay que meditar un poco más sobre la elección entre el periódico y el tabaco. Es preferible el tabaco sobre todo si va a comprar una marca muy fuerte y no considerada de élite. De esta manera, se reforzaría el carácter violento del tipo gordo y bigotudo. Lo de comprar el periódico tiene un ligero aire intelectual no muy acorde con los tipos violentos que ya han decidido realizar su venganza y la manera de llevarla a cabo.)
SECUENCIA 16ª.- El hombre gordo se prepara para salir de casa. Su manera de vestir debe reflejar su buena posición social. Sin embargo, no se preocupa nada de los aspectos estéticos. Va sucio. El sudor lo denuncia siempre. Se coloca, sin ningún cuidado, la ropa. Antes de salir, vuelve a acariciar el fusil que tiene preparado.
SECUENCIA 17ª.- En el descansillo de la escalera, mientras cierra la puerta, nuestro hombre sudoroso se cruza con el vecino del piso de arriba. Es un tipo en los últimos años de su juventud, cuya apariencia pretende alargar por vanidad. Alto, delgado y patilludo. Lleva el pelo, con brillantina. Imprescindible, gafas oscuras. También imprescindible, traje blanco. La camisa y la corbata, de un tono oscuro. Fuma. Tose de forma continua, desagradable e insana.
SECUENCIA 18ª.- El hombre vestido de blanco toma la iniciativa de saludar al señor gordo a pesar de su tos crónica. Improvisa una alusión de condolencia por la muerte de su hija. Puede decir algo así como: ‘Don Anselmo, lamento ( o siento ) la muerte de su hija ‘. ‘Muchas gracias’, contesta el señor gordo mientras cierra la puerta. Poca conversación, pero la suficiente para mostrar que son dos vecinos aceptados y respetados mutuamente.
SECUENCIA 19ª.- Ante la fachada del edificio, se ve cómo salen el tipo patilludo del traje blanco y el hombre de poco pelo y mucho sudor. Antes de despedirse con un gesto convencional, al ver pasar a una mujer y un niño de color oscuro, uno dice: ‘¿Se ha fijado cómo nos están invadiendo estos indeseables?’. El otro asiente. ‘Terminarán pisándonos los huevos’. Cada uno toma una dirección diferente. El flaco de pelo engominado se dirige a un local de alterne, donde ya están esperando varios jóvenes, frente a la puerta principal del centro escolar.
SECUENCIA 20ª.- Un plano rápido sitúa al señor gordo en un estanco oscuro, algo siniestro. Antes de pagar, rompe el paquete de cigarrillos y enciende uno. El humo le rodea toda la cara. Vuelve a toser sin quitarse el cigarrillo de la boca.
SECUENCIA 21ª.-Otro plano rápido coloca a nuestro protagonista en el portal regresando a su casa. Abre la puerta con torpeza. Cierra de una patada. El barro que ha cogido en los zapatos, va manchando las escaleras. Entra en su vivienda fumando. Echa el humo sin quitarse el cigarrillo de la boca.
SECUENCIA 22ª.- Al pasar junto al fusil de precisión, lo acaricia. Se dirige al telescopio. Mira. Se sorprende. ¡ La esquina ya se encuentra ocupada ! Está el joven negro que esperaba. Nerviosismo repentino en el señor gordo violento de buena posición económica. Tira el cigarrillo al suelo. Lo aplasta con el zapato manchado de barro.
SECUENCIA 23ª.- Primerísimo plano de las gotas de sudor encima del bigote. El señor gordo coloca el fusil de precisión junto a la ventana. Lo hace con prisa pero con exactitud. Suda todavía más encima del bigote y en la frente. Lo carga con varios cartuchos enormes. Los empuja con sus dedos gruesas.
SECUENCIA 24ª.- Por el telescopio se ve cómo el joven negro colocado en la esquina está repartiendo algo indefinido desde esa distancia. Jóvenes estudiantes, de uno en uno, se acercan a él. Le entregan algo. Él les da a cambio otra cosa, también de escasas dimensiones, sin necesidad de hablar.
SECUENCIA 25ª.- El hombre gordo y violento abre ligeramente la ventana. Se coloca detrás del fusil. Nuevo encuadre de atención sobre las gotas de sudor en la frente y encima del bigote. Apunta con cuidado. Un primerísimo plano del dedo apretando el gatillo. El disparo produce un enorme ruido. El rebote del arma lanza al suelo todo el instrumento.
SECUENCIA 26ª.- El joven negro queda absolutamente destrozado. Todo su pecho aparece roto con un gran agujero ensangrentado. Las paredes cercanas se llenan de sangre. Trozos de carne quedan también pegados.
SECUENCIA 27ª.- El señor violento, acariciando todavía su fusil, repite sus insultos preferidos. Escupe. ‘¡ Negro de mierda, ya tienes lo merecido !’. Se quita el sudor con el pañuelo y lo guarda en el bolsillo.
SECUENCIA 28ª.- La caja de los objetos que estaba distribuyendo el joven negro aparece desparramada. Al acercarse el plano, se ve claramente que no tiene nada que ver con el tráfico de drogas. Estaba vendiendo, para ganarse malamente la vida, tikets muy baratos para los ensayos generales de la orquesta sinfónica.
SECUENCIA 29ª.- El fuerte sonido del disparo se ha oído en el pequeño local, frente a la puerta central del instituto. El hombre patilludo de pelo engominado interrumpe el sucio mercado de la droga adulterada entre los jóvenes estudiantes. De forma atropellada y violenta recoge toda la mercancía. Empuja a los que están esperando y se va precipitadamente. Tropieza, pero continúa corriendo.
(Habrá que buscar un final de gran impacto. El señor gordo de buena posición y el hombre patilludo, engominado, vestido de ganster coinciden mientras huyen muy cerca del lugar donde todavía se halla el cadáver destrozado del joven de piel oscura. Tropiezan los dos y se piden mutuamente perdón, mientras se ayudan a escapar, para mayor ironía.)